Los hermano músicos Paolo y Oscar Rossignoli
Latin Jazz joven en Tegucigalpa
La primera vez fui escucharlos más precavido que un Mapache, el concierto tuvo lugar en el auditórium de la Iglesia Gran Comisión y dado que el lugar le da a mi mente secularizada una ojeriza terrible, me senté esperando el cubetazo usual de dogmas, gemidos, luces que se van apagando, al mismo tiempo que voces gangosas acompañadas de arpegios suaves que vienen de un teclado fantasma y niebloso, que te invitan a abandonar este mundo por uno en el que los ángeles, las arpas, la automutilación y autoflagelación de los sentidos son el deleite narcótico del alma.
Por suerte la pantomima en la niebla no apareció, súbitamente, el concierto arrancó con un poderoso sólo de piano, variaciones de una de mis piezas favoritas de Michelle Camilo, a cargo del joven Oscar Rossignoli, quién al mejor estilo de Oscar Hernández se apropió del escenario de la Gran Comisión; Tony Peñalba nos clavó a los asientos con una guitarra sólida y técnica (con algunos problemas de sonido en algunas partes), y desde los anónimos asientos, estoy seguro que todos deseábamos fervientemente el regreso de Torquemada y la Sagrada Inquisición para entregarles como botín de llamas, al tristemente célebre Ingeniero de Sonido que durante los primeros 20 minutos del concierto ponía a prueba nuestra neófita fé en el novel grupo.
Para los que no lo saben, Hibriduz es una nueva cosecha de la Escuela Nacional de Música, jóvenes egresados y por egresar que astiban al escenario nacional con criterios y estándares propios de profesionales.
Lo que escuché esa noche en ese auditórium, fue un derroche de talento y técnica, Oscar Rossignoli (egresado de la ENM y estudiante de la Carrera de Comunicaciones de UNITEC) se transmutó como siempre, en un ensimismado y virtuosísimo pianista , al cuál, como seguramente coincidaríamos con el maestrísimo señor del Jazz Nacional, Camilo Corea "le falta la redonda entera del mundo por recorrer", el bajista José Antonio Velásquez con desempeño sólido y sin pirotecnias logró asentar toda la carga melódica y armónica del grupo. En cuanto al set de percusión tanto en el área de percusión mayor (Junior Velásquez) y menor (Jonathan Alarcón), hubieron ciertas incongruencias, cosa que es de esperarse en este tipo de música llena de energía, matices y ocurrentes desvaríos; lo he visto y escuchado a niveles increíbles como los del Jam Miami, no digamos a nivel de muchachos aventureros.
Lo notable, y es aquí donde comienza el diferencial de este grupo, es que Hibriduz va borrando esa cultura generalizada de solfabeto con un entusiasta trabajo en el que se dispone de las herramientas necesarias para divertirse en el escenario y que definitivamente los conducirá a los grandes escenarios, tales como El Cervantino de México, el Memorial de Brasil, o los grandes festivales de Jazz de Montreal o Francia. Para eso, definitivamente, se necesitará más composición y menos covers; más investigación y menos clichés, más Hibriduz y menos Michelle Camilo; más roce con otros músicos de grandes ligas como Camilo Corea, Guayo Cedeo, Julio Zelaya, Nery Lara, etc; sólo así, este grupo y sus miembros; en colectivo o en solitario lograrán convertir la mal llamada música alternativa de espacios alternativos y públicos alternativos en los sonidos de la identidad nacional.
Hines y el primer piano moderno del jazz
Earl Kenneth Hines, nació el 28 de diciembre de 1905 en Duquesne, Pennsylvania. Realizó sus estudios en Pittsburgh, al mismo tiempo que ejercía como pianista en clubes nocturnos. Ya en 1922 comenzó a vivir en Chicago; seis años después fundó su primera banda y trabajó en el grupo del trompetista Louis Armstrong, donde fue director musical de su grupo "Louis Armstrong Stompers" y también con el clarinetista, Jimmie Noone, en el Apex Club en 1928. Posteriormente colaboraría con Armstrong al piano en los ritmos del grupo que hizo al genial cornetista convertirse en el creador del jazz moderno, los "Hot Five", primero y luego ampliado a los "Hot Seven". Durante los años treinta su banda sonó en la radio de Estados Unidos a través del programa que Hines presentaba. Muchas figuras importantes del ámbito jazzistico tocaron con la banda de Hines, entre ellos el saxofonista Charlie Parker y el trompetista Dizzy Gillespie. En 1947 el grupo se disolvió; durante los cuatro años siguientes Hines trabajó de nuevo con Louis Armstrong, esta vez en su banda denominada : "All-Stars"
También conocido con el pseudónimo de 'Fatha', Earl Hines, se diferenciaba de otros pianistas de los años 20 por su novedosa aportación de ritmos y acentos que sacaba al instrumento, cosa que en aquella época se consideraban raros y heterodoxos. Earl Hines, permaneció durante toda esa década, liderando e influenciando a todos los pianistas de jazz de su época que veían en él, al eslabón entre el piano de jazz clásico y el moderno. En los años cincuenta, Hines vio declinar su estrella y se retiró tocar el piano en un pequeño club que regentaba en Oakland (California) donde residía. Pero en los años sesenta, a raíz de la firma de unos contratos en la ciudad de New York en 1964, Earl Hines fue recuperado para el jazz y retomó su carrera ya en plena madurez con gran éxito.
En ese punto había asimilado algunos rasgos de algunos de sus aventajados discípulos como fue Teddy Wilson y en escena manifestaba una inspiración sin limites. Earl Hines, - considerado el "padre del piano jazz", de ahí su apodo de "Fatha"- murió con las botas puesta un 22 de abril de 1983.
Earl Hines y la Rayuela de Cortazar
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Cuando se fue de la pieza era casi de madrugada, y yo ya ni sabía llorar.
-El asqueroso -dijo Babs.
-Oh, la Maga merecía ampliamente ese homenaje -dijo Etienne-. Lo único curioso, como siempre, es el divorcio diabólico de las formas y los contenidos. En todo lo que contaste el mecanismo es casi exactamente el mismo que entre dos enamorados, aparte de la menor resistencia y probablemente la menor agresividad.
-Capítulo ocho, sección cuatro, párrafo A -dijo Oliveira-. Presses Universitaires Françaises.
-Ta gueule -dijo Etienne.
-En resumen -opinó Ronald- ya sería tiempo de escuchar algo así como Hot and Bothered.
-Título apropiado a las circunstancias rememoradas -dijo Oliveira llenando su vaso-. El negro fue un valiente, che.
-No se presta a bromas -dijo Gregorovius.
-Usted se lo buscó, amigazo.
-Y usted está borracho, Horacio.
-Por supuesto. Es el gran momento, la hora lúcida. Vos, nena, deberías emplearte en alguna clínica gerontológica. Miralo a Ossip, tus amenos recuerdos le han sacado por lo menos veinte años de encima.
-Él se lo buscó -dijo resentida la Maga-. Ahora que no salga diciendo que no le gusta. Dame vodka, Horacio.
Pero Oliveira no parecía dispuesto a inmiscuirse más entre la Maga y Gregorovius, que murmuraba explicaciones poco escuchadas. Mucho más se oyó la voz de Wong ofreciéndose a hacer el café. Muy fuerte y caliente, un secreto aprendido en el casino de Mentón. El Club aprobó por unanimidad, aplausos. Ronald besó cariñosamente la etiqueta de un disco, lo hizo girar, le acercó la púa ceremoniosamente. Por un instante la máquina Ellington los arrasó con la fabulosa payada de la trompeta y Baby Cox, la entrada sutil y como si nada de Johnny Hodges, el crescendo (pero ya el ritmo empezaba a endurecerse después de treinta años, un tigre viejo aunque todavía elástico) entre riffs tensos y libres a la vez, pequeño difícil milagro: Swing, ergo soy. Apoyándose en la manta esquimal, mirando las velas verdes a través de la copa de vodka (íbamos a ver los peces al Quai de la Mégisserie) era casi sencillo pensar que quizá eso que llamaban la realidad merecía la frase despectiva del Duke, It don't mean a thing if it ain't that swing, pero por qué la mano de Gregorovius había dejado de acariciar el pelo de la Maga, ahí estaba el pobre Ossip más lamido que una foca, tristísimo con el desfloramiento archipretérito, daba lástima sentirlo rígido en esa atmósfera donde la música aflojaba las resistencias y rejía como una respiración común, la paz de un solo enorme corazón latiendo para todos, asumiéndolos a todos. Y ahora una voz rota, abriéndose paso desde un disco gastado, vieja tristeza anacreóntica, un carpe diem Chicago 1929.
You so beautiful but you gotta die some day,
You so beautiful but you gotta die some day,
All I want's a little lovin' before you pass away.
De cuando en cuando ocurría que las palabras de los muertos coincidían con lo que estaban pensando los vivos (sí unos estaban vivos y los otros muertos). You so beautiful. Je ne veux pas mourir sans avoir compris pourquoi j'avais vécu. Un blues, René Daumal, Horacio Oliveira, but you gotta die some day, you so beautiful but - Y por eso Gregorovius insistía en conocer el pasado de la Maga, para que se muriera un poco menos de esa muerte hacia atrás que es toda ignorancia de las cosas arrastradas por el tiempo, para fijarla en su propio tiempo, you so beautiful but you gotta, para no amar a un fantasma que se deja acariciar el pelo bajo la luz verde, pobre Ossip, y qué mal estaba acabando la noche, todo tan increíblemente tan, los zapatos de Guy Monod, but you gotta die some day, el negro Ireneo (después, cuando agarra confianza, la Maga le contaría lo de Ledesma, lo de los tipos la noche de carnaval, la saga montevideana completa). Y de golpe, con una desapasionada perfección, Earl Hines proponía la primera variación de I ain't got nobody, y hasta Perico, perdido en una lectura remota, alzaba la cabeza y se quedaba escuchando, la Maga había aquietado la cabeza contra el muslo de Gregorovius y miraba el parquet, el pedazo de alfombra Turca, una hebra roja que se perdía en el zócalo, un vaso vacío al lado de la pata de una mesa. Quería fumar pero no iba a pedirle un cigarrillo a Gregorovius, sin saber por qué no se lo iba a pedir y tampoco a Horacio, pero sabía por qué no iba a pedírselo a Horacio, no quería mirarlo en los ojos y que él se riera otra vez vengándose de que ella estuviera pegada a Gregorovius y en toda la noche no se le hubiera acercado. Desvalida, se le ocurrían pensamientos sublimes, citas de poemas que se apropiaba para sentirse en el corazón mismo de la alcachofa, por un lado I ain't got nobody, and nobody cares for me, que no era cierto ya que por lo menos dos de los presentes estaban malhumorados por causa de ella, y al mismo tiempo un verso de Perse, algo así como Tu est là, mon amour, et je n'ai lieu qu'en toi, donde la Maga se refugiaba apretándose contra el sonido de lieu, de Tu est là, mon amour, la blanda aceptación de la fatalidad que exigía cerrar los ojos y sentir el cuerpo como una ofrenda, algo que cualquiera podía tomar y manchar y exaltar como Ireneo, y que la música de Hines coincidiera con manchas rojas y azules que bailaban por dentro de sus párpados y se llamaban, no se sabía por qué, Volaná y Valené, a la izquierda Volaná (and nobody cares for me) girando enloquecidamente, arriba Valené, suspendida como una estrella de un azul pierodellafrancesca, et je n'ai lieu qu'en toi, Volaná y Valené, Ronald no podría tocar jamás el piano como Earl Hines, en realidad Horacio y ella deberían tener ese disco y escucharlo de noche en la oscuridad, aprender a amarse con esas frases, esas largas caricias nerviosas, I ain't got nobody en la espalda, en los hombros, los dedos detrás del cuello, entrando las uñas en el pelo y retirándolas poco a poco, un torbellino final y Valené se fundía con Volaná, tu est là, mon amour and nobody cares for me, Horacio estaba ahí pero nadie se ocupaba de ella, nadie le acariciaba la cabeza, Valené y Volaná habían desaparecido y los párpados le dolían a fuerza de apretarlos, se oía hablar a Ronald y entonces olor a café, ah, olor maravilloso del café, Wong querido, Wong Wong Wong.
Se enderezó, parpadeando, miró a Gregorovius que parecía como menoscabado y sucio. Alguien le alcanzó una taza.
Bob Powell, pianista fundamental
Por José Francisco Tapiz. Publicado en Adamar, Otoño 2001.
El 31 de julio de 2001 se cumple el 35 aniversario del fallecimiento de Bud Powell, uno de los pianistas y compositores fundamentales dentro de la historia del jazz. Su importancia se encuentra al nivel de la de las grandes figuras de toda su historia. Su papel fue fundamental dentro de la aparición, desarrollo y evolución del Be-Bop y por tanto dentro de la propia historia del jazz.
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Bud Powell nace en Harlem, N.Y. un 27 de septiembre de 1924. Su familia tiene una clara vocación musical: su abuelo Zachary es uno de los mejores guitarristas flamencos de Estados Unidos, su padre, pianista de estilo “stride”, es un admirador de James P. Johnson y Fats Waller y su hermano mayor tocaba profesionalmente el violín y la trompeta. Fue su padre quien inicialmente le da sus primeras clases. Según él era capaz de reproducir los discos de Fats Waller y Art Tatum con sólo escucharlos una vez. Además de a estas figuras del jazz comienza a estudiar las formas europeas clásicas: Debussy, Chopin, Beethoven, Liszt y especialmente Mozart y Bach. Es tal su buen hacer que a los 7 años ya es admirado por otros músicos veteranos por su forma de tocar. Por esa época interpretaba con su amigo Elmo Hope, otro futuro pianista de jazz, preludios y fugas de Bach a cuatro manos.
El 10 de enero de 1947 debuta como líder para el sello Roost. En mayo se produce el único encuentro en un estudio con Charlie Parker, grabado por el sello Savoy. Pero no todo podía ir tan bien: es en este año cuando vuelve a ser ingresado por 11 meses y por primera vez recibe el tratamiento de electroshock.
A partir del 8 de agosto de 1949 bajo la supervisión de Alfred Lion y Francis Wolff deja buena muestra de su maestría en las grabaciones para el sello Blue Note. Según Jackie McLean: “Existía una gran amistad entre ellos y siempre le trataron con el mayor respeto”. Sin embargo, en esta época ya pasaba de etapas de gran creatividad a otras de pura crisis.
En 1951 es arrestado nuevamente por posesión de narcóticos e ingresado en el Hospital del estado Pilgrin por otros 11 meses donde recibe nuevamente el tratamiento de electroshock. En este tiempo sólo se le permite tocar el piano una vez por semana y bajo la supervisión de un asistente. El resultado de todo esto es una seria pérdida de memoria. Cuando es visitado por Monk, se acuerda vagamente de que estaba con él la noche del arresto. Cuando se le dan los detalles afirma, “Este tratamiento de electroshock me hace olvidar de todo.”
Posteriormente es trasladado al sanatorio de Creedmore, dónde permanece hasta 1953. El deterioro en su habilidad va a afectar gradualmente a su música. Tocando viejos standards muestra que es evidente que también sus articulaciones sufren con estos internamientos.
Dado de alta en febrero de 1953, forma un trío con el contrabajista George Duvivier y el batería Art Taylor. El dueño del famoso “Birdland”, Oscar Goodstein, llevará hasta límites increíbles sus derechos de tutor legal y lo somete a un nuevo encierro en un piso del East Side para asegurarse su presencia en las sesiones nocturnas del citado local. También se comenta que fue el que propició el matrimonio de Bud con Audrey Hill para asegurarse una aún más efectiva vigilancia.
El 15 de mayo de 1953 graba el histórico concierto celebrado en el Massey Hall de Toronto con Dizzy Gillespie, Charlie Parker, Charles Mingus y Max Roach. A este momento cumbre siguen distintas grabaciones, hasta que en 1956 su hermano menor Richie fallece en el mismo accidente de coche en que perece Clifford Brown. Esto le motivará a viajar a Europa enrolado en una gira de los “Birdland All Star” con figuras como Lester young, Miles Davis o el Modern Jazz Quartet.
Bob Powell con Charles Mingus |
Bud Powell nace en Harlem, N.Y. un 27 de septiembre de 1924. Su familia tiene una clara vocación musical: su abuelo Zachary es uno de los mejores guitarristas flamencos de Estados Unidos, su padre, pianista de estilo “stride”, es un admirador de James P. Johnson y Fats Waller y su hermano mayor tocaba profesionalmente el violín y la trompeta. Fue su padre quien inicialmente le da sus primeras clases. Según él era capaz de reproducir los discos de Fats Waller y Art Tatum con sólo escucharlos una vez. Además de a estas figuras del jazz comienza a estudiar las formas europeas clásicas: Debussy, Chopin, Beethoven, Liszt y especialmente Mozart y Bach. Es tal su buen hacer que a los 7 años ya es admirado por otros músicos veteranos por su forma de tocar. Por esa época interpretaba con su amigo Elmo Hope, otro futuro pianista de jazz, preludios y fugas de Bach a cuatro manos.
En 1959 vuelve al viejo continente pero esta vez para cinco años. Se instala en Francia dónde será recibido como una gran estrella. Allí fundará el trío “Three Bosses” con Kenny Clarke (otro ilustre jazzmen estadounidense auto-exiliado) y Pierre Michelot, convirtiéndose en la principal atracción del club Blue Note de París. Además de esto actuará por toda Europa y realizará diversas grabaciones. Gracias a sus amigos pasará una etapa de relativa estabilidad. De cualquier manera, Powell también tuvo otros problemas de salud. Conforme su salud se iba deteriorando desarrolla una tuberculosis en ambos pulmones. Además su amigo Francis Paudras descubre que estaba tomando unas pequeñas pastillas rosas cada día. Estas resultan ser el poderoso tranquilizante Largactil (Thorazina), conocida como “lobotomía o camisa de fuerza química”. Mezcladas con alcohol provocaban una peligrosa sobre-sedación y también pueden provocar agitación y disknesia, caracterizada por movimientos involuntarios de la lengua y cara.
El pianista y médico Fredic A. Harris intentó estudiar la enfermedad de Bud Powell a partir de sus interpretaciones musicales. Como resultado fundamental de su estudio resaltar que los problemas eran más bien de carácter fisiológico que neurológico, lo cual parece avalar la hipótesis de que sus problemas se agravan a partir de ser brutalmente golpeado en la cabeza. Este es también el motivo de la inutilidad de todos los tratamientos que sufrió a lo largo de su vida.
Sus conocidos lo retratan como un ser retraído y callado aunque podía sufrir ataques de inusitada violencia. Alfred Lion relataba la anécdota de que para unas sesiones de grabación lo invitó a su apartamento para asegurarse su presencia por la mañana en dichas sesiones. Durante el desayuno su pequeño gato saltó sobre la mesa. Bud cogió un enorme cuchillo y si no llega a ser por que lo detuvieron hubiera acabado al gato. Finalmente y tras quitárselo de la vista lograron explicarle que era un simple gato. En cuanto a su forma de ser Johnny Griffin lo apodaba “Buddah” debido a su rostro inexpresivo. Para concluir resulta sorprendente que una persona con tales problemas lograse semejante nivel tanto de ejecución como de composición.
THE COMPLETE BLUE NOTE AND ROOST RECORDINGS. 4 CD’S. 1947-1963. BLUE NOTE.
THE COMPLETE BUD POWELL ON VERVE. 5 CD’S. 1949-1956. VERVE.
THE QUINTET. JAZZ AT THE MASSEY HALL. 1953. OJC.
THE COMPLETE ESSEN JAZZ FESTIVAL CONCERT. 1960. BLACK LION.
BOUNCING WITH BUD. 1962. DELMARK.
DEXTER GORDON. OUR MAN IN PARIS. 1963. BLUE NOTE.
STRICTLY CONFIDENTIAL. 1963-1964. BLACK LION.
SALT PEANUTS. 1964. BLACK LION.
Toshiko Akiyoshi (Dairen, Liaoning, China, 12 de diciembre de 1929) pianista, compositora y arregladora de jazz. Hija de padres japoneses comenzó a estudiar música clásica mientras vivía en China, pero no se decidió por el jazz hasta su llegada a Japón en 1946.
Durante un viaje a Japón el pianista Oscar Peterson la escuchó tocar en el club Ginza y quedó fascinado, por lo que la incentivó a viajar a Estados Unidos y a unirse al Berklee College de Boston. Estudió en la prestigiosa escuela durante tres años, al recibirse se casó con el saxofonista Charlie Mariano, con quien formó Toshiko-Mariano Quartet.
[editar]Su carrera
Toshiko Akiyoshy
Fue la primera mujer en triunfar en el jazz como instrumentista, es reconocida como una gran compositora, sus obras se estudian en numerosas universidades del mundo. En 1984 fue objeto de un filme documental Toshiko Akiyoshi: Jazz es mi idioma nativo; en 1996 publicó su autobiografía Vida con Jazz.
En 1953, y con la producción de Norman Granz, Toshiko grabó su primera placa Toshiko's Piano acompañada por el prestigioso guitarrista Herb Ellis, el bajista Ray Brown y J.C. Heard en la percusión.
Su apego a la música tradicional japonesa se fusionó con el bop de Peterson y Bud Powell, para crear un nuevo género musical en el que se destaca la profundidad en los arreglos de Toshiko Akiyoshi. Ella incorporó al jazz el tsuzumi (un pequeño tambor típico japonés) y el canto de las obras teatrales kogun.
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En la década de 1970 deja de lado el espíritu exclusivo del bop y se interna en una serie de discos en los que explota a su Big Band en discos que incluyen solos muy largos de todos sus músicos. Ya separada de Mariano, se casó en 1969 con el saxofonista Lew Tabackin, con quien continúa casada en la actualidad.
En 1991 grabó el disco más importante de su carrera, en el Carnegie Hall de Nueva York, que logró unanimidad en la critica especializada como uno de los mejores discos de jazz del año.
[editar]Sus premios
En 1986 recibió la condecoración New York City's Mayor Liberty Award y un año más tarde en Los Angeles, California la Asociación de mujeres Asiática-Americanas la distinguió con Mujer luchadora del año.
El emperador de Japón le otorgó la medalla Shijuhohsho en 1997, y en 1999 ingresó al Salón de la fama del Jazz.
Recibió 14 nominaciones al prestigioso premio Grammy a la industria musical y obtuvo el premio al mejor arreglo y composición musical en la encuesta de los lectores de Down Beat.
Toshiko Akiyoshi was born in Manchuria, China, and was considering a career in medicine when her family returned to live in Japan. "Japan was still heavily occupied then, and our resort city of Beppu was flooded with soldiers. One day I happened to pass one of the many dance halls that were set up for the occupation soldiers, and I noticed a sign: 'Pianist wnated'." Toshiko, who had some training as a classical pianist went un, and the manager asked her to start right away.
Toshiko's family wasn't thrilled with the idea, but they finally agreed that she could play until the school year began. "But March caem and went," she remembers, "and no one noticed. I just kept playing."
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Toshiko soon grew restless and moved to Tokyo, where there was an active jazz scene. One thing led to another, amd she started her own group in 1952. "It was an exciting time. Many jazz giants were touring Japan, and many of the would stop by the club, and we'd play together." It was though these musicians that she learned about the Berlee School of Music in Boston.
In 1953, during Norman Granz's JATP (Jazz At The Philaharmonic) tour of Japan, Toshiko was spotted by Oscar Peterson, who told Granz she was "the greatest female jazz pianist" he'd ever heard. This lead to Toshiko's first recording, accompanied by Peterson's rythm section. Later she was accepted at Berklee, and travelled to the U.SS. for the first time. Eventually, Toshiko went on to record a number of albums as both a solo pianist and with
small groups.
In 1973, with the help of Lew Tabackin (to whom she was now married), Toshiko started up what she then thought of as a "reheasal band," the which ultimately became the Toshiko Akiyoshi Jazz Orchestra. This orchestra has since gone on to garner nine Grammy nominations (Toshiko was also nominated three times as Arranger), and has earned top pllace numerous times in Down Beat and other major jazz polls in the U.S> and abroad.
The Toshiko Akiyoshi Jazz Orchestra's first album, Kogun is recognize as one of the best selling big band jazz album ever. Since then, 11 albums have been issued on RCA, JAM and Toshiko's own label, Ascent; these includes Tales of a Courttesan, Wishing Peace, Farewell to Mingus, European Memoirs, and Insights. Her work has also received two silver and two gold awards from the prestigious Swing Journal of Japan.
Today Toshiko Akiyoshi and Lew Tabackin live on the upper West Side of New York City in a brownstone. When they're not touring, they stay at home working on their music (he practices in his basement studio, while she practices and writes upstairs). Their other passions are their wine collection, and keeping up with their favorite sport, baseball.